Tribuna del investigador abre sus puertas al Instituto de Medicina Tropical, en el año jubilar de la Conmemoración de los 70 años de su fundación

Belkisyolé Alarcón De Noya

Por decreto del Consejo Universitario de la ilustre Universidad Central de Venezuela, el 14 de octubre de 1947, fue creado el Instituto de Medicina Tropical (IMT), siendo el Dr. Félix Pifano Capdevielle (1912-2003), su fundador y primer director. Médico, egresado de la Universidad Central de Venezuela, el Dr. Félix Pifano, se dedicó desde muy joven a tratar las dolencias que afectaban a los pobladores del medio rural venezolano. Desde el IMT, como investigador produjo aportes significativos en la Enfermedad de Chagas, leishmaniasis, parasitosis intestinales y otras dolencias del trópico. Fue un investigador integral pues se paseaba desde las manifestaciones clínicas del paciente, el diagnóstico parasitológico e inmunológico, hasta sus contactos familiares, antecedentes, vivienda, peridomicilio y entorno social y ambiental. Fue Jefe de la Cátedra de Medicina Tropical y como tal, ejercía una intensa actividad docente. Tuvimos el privilegio de ser alumnos de la Cátedra y recibir casi todo el curso de medicina tropical de la voz del Dr. Félix Pifano. La asistencia a sus clases magistrales era numerosa, acudiendo médicos y visitantes de otras dependencias. Tenía una magia única, una dicción perfecta y su relatoría preciosista describiendo, desde las declaraciones del paciente, sus lesiones, los cambios histopatológicos, la fisiopatología, complicaciones y entonces pasaba al entorno y nos hacía entender, de manera sencilla, la epidemiología de las enfermedades tropicales. Ese fue el hombre médicocientífico-docente, cuyo nombre lleva nuestro Instituto, “Dr. Félix Pifano”, asignado por el Consejo de Facultad de Medicina durante la gestión del Decano Dr. Luis López Grillo. Fue Director por 43 años durante el periodo 1947-1990. Lo sucedimos los Dres. Alexis Rodríguez, Oscar Noya, Jaime Torres y quien suscribe. Cada uno asumió la Dirección con dedicación y responsabilidad, dando lo mejor de sí, en sus empeños por mantener en alto el prestigioso nombre del IMT.

En el Instituto se realiza investigación básica y aplicada en el campo de las enfermedades infecciosas y tropicales, así como exámenes de diagnóstico y consultas especializadas (asistencia clínica) en malaria, Enfermedad de Chagas, bilharzia, micosis, VIH, etc. Es sede de las asignaturas de pregrado de la Escuela de Medicina “Luis Razetti”, del Postgrado Nacional de Parasitología y se realizan actividades de extensión en comunidades periurbanas, rurales e indígenas del país.

El IMT, al pie de una de las colinas del Jardín Botánico, tiene una bellísima arquitectura con unos techos muy altos, dos escaleras sin columnas de sostén, paredes de bloques alcahuetas de la luz, amplios ventanales en todos sus laboratorios y aulas docentes y un imponente Auditorio. Su abierta edificación ha sido nuestro orgullo, pues ha merecido la visita y fotografías de quienes aprecian esta libertad creativa de Carlos Raúl Villanueva. Sin embargo, esta amplitud y belleza arquitectónica hoy sufre los embates del tiempo y la destrucción por aquellos quiénes, como alimañas, penetran violentamente en sus instalaciones, arrasando todo a su paso como marabunta.

Las Secciones, Cátedras y el Departamento de Microbiología, Parasitología y Medicina Tropical aportan sus artículos a Tribuna del Investigador, órgano divulgativo de la Asociación para el Progreso de la Investigación Universitaria (APIU), en un homenaje a nuestras raíces como docentes e investigadores, para honrar el camino abierto por nuestros maestros, quienes nos sembraron sus enseñanzas para capacitarnos a entregar el relevo con dignidad y excelencia a la próxima generación de tropicalistas. Se suman dos importantes trabajos en el área, presentados por los investigadores Rubén A. Vallenilla y José L. Cáceres con el artículo “Malaria. Eficacia terapéutica de medicamentos contra Plasmodium vivax y Plasmodium falciparum. Estado Bolívar, Venezuela, 2017” y “Comportamiento frente a insecticidas organosintéticos en Anopheles nuñez tovari Gabaldon 1940, de una zona malárica minera del Estado Bolívar, Venezuela” de los investigadores Darjaniva Molina de Fernández, Luisa Elena Figueroa Acosta y otros destacados autores.

Este número de Tribuna del Investigador incluye además como política de la revista un trabajo científico libre, es el valioso aporte del Prof. Marcelo Alfonzo, fallecido recientemente, (+) quien junto con otros importantes autores, elaboran una revisión titulada “Muscarinic receptors regulate intracellular cgmp levels at airway smooth muscle” presentando evidencias experimentales. Como Documento se ha incluido un importante informe titulado “Derecho a la Salud. Emergencia Humanitaria Compleja en Venezuela”, Reporte Nacional (septiembre 2018), donde participan varias instituciones, se describe a partir de un grupo de trabajo la Emergencia Humanitaria Compleja del país, la cual comprende impactos de gran alcance en el menoscabo y destrucción de las capacidades sanitarias nacionales, documento emitido por un grupo de instituciones y la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat, entre los muchos datos de este diagnóstico señala unos 406.000 casos de malaria, lo que generó la epidemia en 2017.

Finalmente, pero con un gran sentimiento, nos unimos para expresar nuestras palabras de dolor y darle nuestro adiós y merecido reconocimiento a nuestro gran amigo el Dr. Jesús Alberto González Vegas en estas cortas pero sentidas notas “Adiós a un gran Ucevista” como lo fue, miembro durante muchos años del Consejo Editorial de Tribuna del Investigador y editor de la prestigiosa revista “Vitae” pero sobre todo, un gran amigo.

Gracias a la APIU, por brindarnos la oportunidad de dejar testimonio, escrito en la conmemoración del aniversario de los 70 años de la fundación del Instituto de Medicina Tropical de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela.

Caracas, 30 de mayo, 2018

Belkisyolé Alarcón de Noya

Directora del IMT/UCV
Editora Invitada


Nota Comité Editorial:

No queremos cerrar este importante número de Tribuna del Investigador sin dar a nuestros lectores sinceras excusas por los serios problemas que hemos tenido para salir a tiempo este año “como es el deber ser y el compromiso de las revistas”, pero razones inherentes a la grave crisis que atraviesan nuestras universidades y el país han atentado con este vital objetivo.