Editorial

Génesis 1:29
Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.

Génesis 9:3
Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento; así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo.

A sólo seis años de 2015 para alcanzar los objetivos de desarrollo del Milenio, los grandes adelantos en la lucha contra la pobreza y el hambre se han hecho más lentos debido a la crisis económica y alimentaria mundial. Por otro lado, de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), un país se encuentra en condición de vulnerabilidad cuando importa más del 75% de los alimentos que consume. En esta cruzada de conseguir la seguridad alimentaria y erradicar el hambre, se necesita el concurso de todos: Estado, gobierno y sociedad, sector público y sector privado, tus manos y las mías. Tal y como se enuncia en la Declaración sobre la Seguridad Alimentaria Mundial de 1996, “un entorno político, social y económico pacífico, estable y propicio constituye la base fundamental que permitirá a los Estados atribuir la debida prioridad a la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza. La democracia, la promoción y protección de todos los derechos humanos y libertades fundamentales, inclusive el derecho al desarrollo, y la participación plena y equitativa de hombres y mujeres son indispensables a fin de alcanzar la seguridad alimentaria sostenible para todos”. Estas son reflexiones que bastan por sí solas para reafirmar la importancia del tema.

Este número de Tribuna del Investigador intenta efectuar una contribución a este trascendente tópico, presentando una serie de artículos que a través de varias temáticas dan pinceladas a tan inacabable lienzo. Así, la presión ejercida por los problemas que nos alejan de cumplir el Objetivo 1 de la Declaración del Milenio de reducir a la mitad el número de personas subnutridas para el año 2015, es discutida por el Representante de la FAO en Venezuela. Por otro lado, ante la vulnerabilidad agroalimentaria que representa la importación masiva de alimentos, uno de nuestros expertos nacionales de la Facultad de Agronomía, propone vincular la agricultura venezolana a la ecobase tropical para crear una alimentación animal alternativa que ayude a la producción de proteínas animales autóctonas. Partiendo de otra perspectiva desde la Escuela de Nutrición y Dietética de la Facultad de Medicina de la UCV, sabido que para evaluar la situación alimentaria del país, el impacto de las políticas agroalimentarias y del alto precio de los alimentos que afectan su disponibilidad y asequibilidad, es esencial contar con herramientas adecuadas para medir el consumo de alimentos, se discuten aspectos técnicos y metodológicos y se enfatiza en el rigor científico que debe prevalecer para medir este importantísimo parámetro. A esta contribución se une otra que discute el enfoque de la nutrición centrada en poblaciones y sus determinantes, para diferenciarlo del anterior modelo individual y medicalizado de la nutrición en salud pública, requiriéndose un nuevo enfoque de la nutrición para sustentar la política pública en materia alimentaria y nutricional para contribuir a aumentar la eficacia y velocidad de las respuestas requeridas en la realidad actual.

Otros temas cubiertos por dos especialistas en alimentos de la Facultad de Ciencias son las fumonisinas y las bacterias probióticas. Un lado oscuro y otro brillante de los microorganismos en nuestros alimentos y organismo. El riesgo de que algunos de nuestros alimentos básicos como el maíz pudiese estar contaminado con mohos productores de toxinas es un tema de gran interés. En Venezuela, el maíz está generalmente contaminado con Fusarium verticillioides y con fumonisinas por lo cual debe prestarse mucha atención en la detección de estas micotoxinas en el maíz y sus derivados. Los múltiples beneficios que ofrecen los probióticos se pueden categorizar en nutricionales y terapéuticos y mientras aumentan en el mundo los productos a base de probióticos, en nuestro país la oferta es limitada.

Que sirva esto sólo como un iniciador o en términos de biología molecular, como “un primer” para su replicación. Este número de Tribuna queda abierto para recibir más contribuciones sobre el tema. Existe mucho conocimiento en nuestra Universidad Central de Venezuela en tópicos relacionados con alimentación, nutrición, seguridad alimentaria, políticas agroalimentarias, etc., con visiones desde distintas disciplinas, desde distintas Facultades, Institutos y Centros. Les invitamos a compartir estos saberes desde Tribuna del Investigador.

María Soledad Tapia
Editora