Integración, interdisciplinariedad, transdisciplinariedad y políticas de postgrado para la Facultad de humanidades y educación (*)

Luz Marina Rivas (**)

Licenciada en Letras por la Universidad Central de Venezuela. Magíster en Literatura Latinoamericana y Doctora en Letras por la Universidad Simón Bolívar. Nivel III del PPI. Profesora Titular jubilada de la Escuela de Idiomas Modernos de la Facultad de Humanidades y Educación de la UCV, donde ha sido Jefe de Cátedra, Jefe de Departamento, Coordinadora de la Unidad de Investigación y editora de la revista Núcleo. Directora de la Comisión de Estudios de Postgrado entre 2005 y 2008. Actualmente, es Coordinadora de la Maestría en Literatura Comparada y forma parte del Comité Académico del Doctorado en Humanidades.
(**) Intervención en el Foro de las I Jornadas del PCI, junio, 2005
Correo: [email protected]

Deseo que los escritores, los artistas, los filósofos y los científicos puedan hacerse entender directamente en todos los dominios de la vida pública en que son competentes. (…) Sería bueno que los “creadores” pudieran cumplir su función de servicio público y, de vez en cuando, de salvación pública.
Pierre Bordieu

Resumen

Considerando el pensamiento universal de Pierre Bordieu, y con reflexiones sobre la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad de las humanidades, en este trabajo se presenta una visión de los Postgrados de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela. Se consideran así, aspectos como las políticas de acreditación, la creación de nuevos programas transdisciplinarios, la incentivación de programas de integración y de cursos de educación a distancia, la creación de infraestructuras de apoyo a los estudiantes extranjeros, la integración pregrado-postgrado, entre otros. Todo ello, con el objeto de lograr metas a largo plazo que enriquezcan, consoliden y modernicen el postgrado y permitan un mejor aprovechamiento de los recursos de la Universidad. Se llama la atención sobre la necesidad de un mayor apoyo del Estado y una mayor inclusión de las Ciencias Sociales y las Humanidades en las áreas prioritarias del país.

Palabras claves: Ciencias sociales, humanidades, interdisciplinariedad, transdisciplinariedad, Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela

Abstract

Considering the universal thought of Pierre Bourdieu and along with reflections on interdisciplinarity and transdisciplinarity in the humanities, this paper presents an overview of the Graduate School of Humanities and Education of the Universidad Central de Venezuela. Issues such as accreditation policies, the creation of new transdisciplinary programs, programs for integration and distance education courses, the construction of infrastructure to support international students, undergraduate-postgraduate integration, among others, are considered. All this, in order to achieve long-term goals that will enrich, strengthen and modernize the Graduate Program and allow a better utilization of the resources of the University. Attention is drawn to the need for greater support from the State and greater inclusion of the Social Sciences and Humanities into the national priority areas.

Keywords: social sciences, humanities, interdisciplinarity, transdisciplinarity, Faculty of Humanities and Education, Universidad Central de Venezuela


Con la llaneza que lo caracteriza, el sociólogo Pierre Bordieu recuerda a quienes han tenido el privilegio de una formación universitaria de alta exigencia, su responsabilidad con el entorno, la necesidad de poner sus saberes a disposición de la sociedad, haciéndose entender por ella. En la presente ocasión, en que debemos revisar la concepción de nuestros postgrados, es vital tomar en cuenta la advertencia de este importante pensador de la cultura científica.

La Facultad de Humanidades y Educación tiene más de cuarenta programas de Postgrado entre doctorados, especializaciones y maestrías. Comenzó a desarrollar los estudios de cuarto nivel en el año 1972, con las áreas de Historia y de Letras. En el curso de algo más de treinta años, los programas de postgrado se fueron desarrollando por disciplinas. Actualmente, contamos con programas de diez áreas de conocimiento, coincidentes casi completamente con las áreas de las carreras de pregrado. Tenemos, además, un Doctorado en Humanidades, de reciente creación, que recibió su primera cohorte en 2004, cuyos primeros objetivos han sido el de favorecer los estudios interdisciplinarios y transdisciplinarios y el de dar cabida a las líneas de investigación de aquellas disciplinas para las cuales no se ofrecían doctorados.

Las últimas gestiones al frente de los postgrados de la Facultad se han propuesto la acreditación de todos los postgrados, lo cual ha ido sucediendo paulatinamente. Un 50% de nuestros programas han sido acreditados. En la actualidad, aprovechando el proceso de autoevaluación de todos los postgrados de la Universidad, nos proponemos impulsar las acreditaciones y reacreditaciones pendientes, importante evaluación de pares que resulta un paso indispensable para la proyección nacional e internacional de nuestros programas.

Debido a la evolución del pensamiento contemporáneo, que ha enfrentado problemas complejos en nuestro mundo globalizado, en el interior de las disciplinas se fue configurando una dinámica necesariamente interdisciplinaria. Grandes retos como el estudio del ambiente no pueden hacerse sin el concurso de geógrafos, biólogos, sociólogos, administradores de instituciones públicas, ingenieros y economistas. En la era de la caída de los grandes relatos, llamada posmoderna, ha sido necesario repensar los saberes, muchos de los cuales han hecho grandes crisis.

En el caso de las humanidades, desde las últimas décadas del siglo XX se han cuestionado radicalmente concepciones de la realidad que antes eran inmutables y seguras, y han cobrado una gran importancia los estudios de los fenómenos sociales y culturales para explicar las manifestaciones literarias, musicales y plásticas. Esto ha impulsado a los críticos de las artes a buscar el auxilio de la sociología y la antropología. La crisis del pensamiento histórico ha conducido a los filósofos de la historia, como Hayden White y Michel de Certeau, a estudiar los discursos historiográficos como textos narrativos y ficciones del poder, para lo cual han debido acceder a los estudios literarios. Algunos importantes pensadores europeos se han valido de metáforas prestadas de las ciencias exactas para explicar sus ideas, como el sociólogo Jean Baudrillard con sus elaboraciones sobre los fractales para explicar los cambios de la sociedad, o Georges Deleuze y Felix Guattari, han imaginado procesos sociales como rizomas, pues las ciencias biológicas han sido una constante fuente de metáforas para las ciencias sociales y humanas. Los estudios de género, que explican las diferencias culturales de la construcción de los géneros masculino y femenino, se han hecho estudios transversales que tocan todas las ciencias humanas. Por todo ello, hemos ido viendo cómo en el interior de los postgrados de las diversas disciplinas se ha ido generando un movimiento de búsqueda de conocimientos en otras disciplinas y diversos congresos y jornadas de investigación convocan a públicos muy diversos interesados en problemas que requieren, para su solución, de distintos saberes.

Es debido a todo esto, que hemos encontrado tanto en las escuelas de pregrado como en los programas de postgrado, que se dictan cursos de disciplinas diferentes a la que da nombre a un programa, como una forma de comprender más exhaustivamente los objetos de estudio. La hiper-especialización de la modernidad necesita el balance del diálogo interdisciplinario, del cual se generan nuevos saberes transdisciplinarios, como los llamados Estudios culturales, que cruzan los estudios literarios con los estudios de antropología, por ejemplo, o los Estudios del discurso, nacidos de la Lingüística y la semiótica en diálogo con los estudios políticos. Por otra parte, otros saberes desde sus inicios se han levantado sobre una plataforma interdisciplinaria, como la Lógica y la Filosofía de las Ciencias, cuyo diálogo interdisciplinario ya había producido en la primera mitad del siglo XX grandes aportes en sus análisis de las teorías científicas; por ejemplo, los aportes de Allan Turing, padre de la criptografía moderna, o de John George Kemeny, lógico que inventó el lenguaje Basic, ambos matemáticos y filósofos.

Los cruces interdisciplinarios han sido muy beneficiosos para nuestra universidad y han permitido el nacimiento de postgrados transdisciplinarios como el Doctorado en Humanidades, la Maestría y el Doctorado en Estudios del Discurso, la Maestría interfacultades en Información y Comunicación para el desarrollo o la Especialización en Gerencia de Redes de Servicios de Unidades de la Información, programas estos últimos en los que participa la Facultad de Humanidades y Educación conjuntamente con las facultades de Arquitectura, Ciencias, Ingeniería, Ciencias Sociales y Ciencias Jurídicas. En la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales hay también buenos ejemplos, como el Doctorado en Ciencias Sociales o la Maestría en Estudios de la Mujer.

Este panorama ha resultado ser terreno abonado para el Programa de Cooperación Interfacultades o PCI, una importante experiencia de la UCV, enriquecedora para los postgrados de nuestra facultad, que actualmente establecen redes transversales entre ellos. El PCI ha permitido la ampliación de la oferta de cursos para cada programa, el mejor aprovechamiento de los recursos y la sistematización del diálogo interdisciplinario. Así, es perfectamente posible, en los postgrados de la Facultad de Humanidades y Educación que un postgrado en Historia abra un curso sobre novela histórica, que un ingeniero interesado en problemas del ambiente o de gestión de riesgos decida hacer la Maestría en Análisis Espacial y gestión del territorio, ofrecido por Área de Geografía. Estudiantes de Artes Plásticas y de Teatro Latinoamericano inscriben cursos de literatura y estudiantes de psicología social introducen proyectos de investigación sobre estudios del discurso en distintas comunidades. Estos son apenas algunos ejemplos que comprueban que los estudios interdisciplinarios están activos en la Facultad de Humanidades y Educación.

Sin embargo, por diversos problemas de índole administrativa y logística no es posible aprovechar el gran potencial que tiene el PCI para los postgrados fuera de la Facultad de Humanidades y Educación. Es poco significativa la inscripción de nuestros estudiantes fuera de la Facultad. Aún menos, se inscriben en nuestros cursos los estudiantes de otras facultades. La no coincidencia de los calendarios, la falta de flujo de información a tiempo, la incomunicación entre las oficinas de Control de Estudios, la diferencia entre el valor de créditos que una facultad asigna a una asignatura con respecto al valor asignado por otra y la idea de que la cooperación consista solamente en poner a disposición de los estudiantes una amplia oferta de cursos son serias amenazas a este importante programa.

Resulta indispensable una integración en el plano de los docentes-investigadores. Sólo una integración así puede aprovechar plenamente los recursos que podrían derivarse de este programa. Desde el punto de vista de los postgrados de Humanidades y Educación, el PCI funciona productivamente dentro de la propia facultad. En ella, resulta muy probable que haya comunicación y trabajos conjuntos entre investigadores de distintas disciplinas. De esta forma, los profesores de un postgrado pueden orientar a un estudiante acerca de qué asignaturas del programa pueden favorecer su formación y apuntalar sus proyectos de investigación. Aunque la filosofía del programa tiene que ver con la autogestión del estudiante, ésta no puede ser el único elemento en la conformación de un plan de estudios productivo para quien se está formando. En el proceso de enseñanza y aprendizaje hay dos actores: el estudiante y el docente. Un comité académico o un tutor deben orientar, aconsejar elecciones provechosas y esto sólo puede hacerse cuando los docentes conocen el trabajo que se realiza en otras facultades. La integración de los docentes-investigadores en el trabajo interdisciplinario atrae a los estudiantes y les abre nichos de investigación interdisciplinaria y transdisciplinaria. Este tipo de integración no es inexistente. Hay buenos ejemplos de trabajo conjunto entre profesores de diferentes facultades, pero se trata de experiencias que aún no están al servicio del PCI.

Otra experiencia importante en materia de integración está en las alianzas inter-universitarias tanto dentro como fuera del país. Nuestro postgrado tiene una importante experiencia en ese sentido: los Postgrados Integrados en Literatura, que han cumplido ya un primer año de funcionamiento, con auspicios del Fonacit. Mediante este programa ha sido posible que tres maestrías del Área de Letras y el Doctorado en Humanidades se hayan asociado con el Doctorado en Letras y la Maestría en Literatura Latinoamericana de la Universidad Simón Bolívar, y la Maestría en Literatura Iberoamericana de la Universidad de Los Andes, en Mérida.

Estos programas ya venían integrándose espontáneamente, al elaborar publicaciones conjuntas, invitar a profesores y concebir trabajos de investigación con participación de grupos inter-universitarios. La alianza formal a través del programa de Postgrados Integrados de Fonacit ha permitido compartir asignaturas sin pasar por los complicados procesos de convalidación, poner en común líneas de investigación, conocer qué proyectos se desarrollan en otras universidades, solicitar que profesores de otras universidades dicten clases en nuestros postgrados, financiar la venida de invitados internacionales que han dictado cursos intensivos para nuestros estudiantes y profesores, adquirir bibliografía, financiar traslados a los estudiantes, apoyar económicamente a los tesistas y ofrecer un abanico mayor de posibles tutores a nuestros estudiantes. La experiencia de los Postgrados Integrados en Literatura ha animado a otras áreas a discutir la posibilidad de hacer convenios de integración. Si bien este programa no se ha convocado nuevamente, debido a que Fonacit ha focalizado sus energías hacia la Misión Ciencia, los principios generales de la integración pasan por convenios que permiten aprovechar mejor, puestos en común, los recursos de distintas universidades, de manera que el Área de Psicología ha comenzado a conversar con las universidades Católica Andrés Bello y Simón Bolívar para elaborar su propio proyecto de integración. Un trabajo parecido se ha ido realizando en el Área de Filosofía.

El Programa de la Red de Macrouniversidades Latinoamericanas es actualmente una mina de recursos sin explotar suficientemente. Apenas en su tercera convocatoria, todavía no parece nuestra universidad haber comprendido los alcances del mismo. La idea de que un estudiante de Postgrado pueda realizar pasantías cortas de investigación en otros países abre las puertas a una integración de múltiples beneficios para las instituciones involucradas.

Para los estudiantes resulta una experiencia fructífera, pues entran en contacto con bibliotecas especializadas y con especialistas en áreas que pueden tener mayor desarrollo en otros países, todo lo cual contribuirá enormemente al desarrollo de sus proyectos de Trabajo de Grado o Tesis Doctorales, pero además, el programa presenta una oportunidad muy valiosa para una relación más estrecha entre colegas profesores, que puede dar lugar a intercambios académicos en materia de docencia e investigación, aprovechando de manera más eficiente gran cantidad de convenios vigentes que ha firmado la UCV.

Hemos tenido en el Postgrado de Humanidades y Educación a tres estudiantes extranjeros que realizaron pasantías en el Área de Educación y en el Doctorado en Estudios del Discurso. Una estudiante del Doctorado en Humanidades hizo una pasantía de un semestre en la UNAM de México y dos estudiantes de Artes Plásticas han solicitado hacer estudios breves en la Universidad de Córdoba, Argentina. Aunque las experiencias han sido exitosas, han mostrado la necesidad de ajustar nuestros procedimientos administrativos para dar cabida en los Controles de Estudios a estas modalidades de estudio.

Por otra parte, se hace urgente no sólo para los Postgrados de la Facultad de Humanidades, sino para todos los postgrados, visualizar como oportunidad el hecho de que nuestros programas son interesantes para la región latinoamericana. Los países vecinos están demandando ingresos en nuestros cursos y la Universidad Central de Venezuela no tiene las infraestructuras ni los procedimientos que nos permitan atender adecuadamente esa demanda. El estudiante extranjero no está en nuestro horizonte de planificación estratégica, pero debe estarlo.

Hay que añadir que hay una demanda aún mayor del interior del país. Tenemos funcionando la Especialización en Orientación, del Área de Educación en los núcleos de los Estudios Universitarios Supervisados, los EUS de Barcelona, Barquisimeto, Puerto Ayacucho y Ciudad Bolívar. El Postgrado de la Facultad de Humanidades y Educación ha comprendido el reto y quiere favorecer los cursos a distancia. Esta modalidad permitiría atender de manera más flexible una demanda muy importante para la que se hace difícil la modalidad de estudios presenciales. La escasez de docentes de nuestra universidad, los problemas logísticos que se plantean para los viajes periódicos de los profesores imponen la necesidad de desarrollar plataformas de enseñanza a distancia. Por ello, el Postgrado de la Facultad de Humanidades y Educación cuenta con una nueva sala virtual, que no sólo presta servicios y cursos para los postgrados cuyos contenidos requieren de las nuevas tecnologías, sino que permitirá realizar videoconferencias. Consideramos prioritario entrenar a los profesores para que cada vez más programas se enriquezcan con la modalidad de estudios a distancia, para lo cual están haciendo gestiones los profesores más familiarizados con las nuevas tecnologías. Ahora bien,

La integración pregrado-postgrado tiene tres programas activos del Postgrado de la Facultad de Humanidades y Educación:

  • Programa de asignaturas electivas, mediante el cual los tesistas de pregrado cursan asignaturas de postgrado;
  • Programa de compensación docente, mediante el cual el Postgrado paga profesores contratados para sustituir a profesores de planta que dictan asignaturas de postgrado.
  • Programa de asignación de créditos, por el cual los estudiantes de postgrado dictan clases de pregrado a cambio de créditos de sus cursos y del pago de los mismos.

Sobre la integración del pregrado y el postgrado, cabe decir que aún resulta difícil de concretar. Por alguna razón, el pregrado, aun cuando se beneficia de estos programas, aún no considera que el postgrado es parte de la misma Facultad. Llama la atención que éstas solicitan el programa de compensación docente, pero no parecen interesarse en los otros dos programas, con muy raras excepciones.

Esto nos lleva a preguntarnos, con la Prof. Jocelyn Ascencio, quien en alguna ocasión manifestó que el postgrado es un voluntariado, cuánto tiene que ver la estructura universitaria con esto. Aun cuando las escuelas tienen en su director un representante en el seno de cada una de las áreas de conocimiento y ese director participa en las decisiones de programación, arbitraje de proyectos de trabajos de postgrado, etc., el postgrado sigue siendo percibido como otra instancia separada de las escuelas, que le “quita” profesores a las ya deprimidas nóminas. Aun cuando en el Postgrado de Humanidades hay experiencias de compromiso de algunas escuelas, no es algo generalizado. Sin embargo, la integración del pregrado y el postgrado resulta muy necesaria para que se fortalezcan tanto el uno como el otro.

El postgrado necesita comprometer a sus profesores más allá del mero voluntariado. En otras universidades, un profesor es contratado para prestar servicios en pregrado y en postgrado, y debe rendir informes a su jefe de departamento sobre estas responsabilidades. En la nuestra, se le contrata sólo para servir al pregrado. Su carrera docente podría desarrollarse sin dar nunca una clase de postgrado. Esta anomalía debe ser corregida. El postgrado forma a los profesores de las escuelas, recibe pasantes del pregrado, contribuye con ingresos propios a desarrollar las escuelas y forma parte de la Facultad como todas las escuelas. Es importante desarrollar con el pregrado proyectos comunes.

En ocasiones, el postgrado tiende a separarse del pregrado. Realiza actividades de divulgación que las escuelas no llegan a conocer. Difícilmente fluye la información entre aquél y éstas, de manera que los logros de la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad que obtiene el postgrado no son suficientemente aprovechados por el pregrado. Si las escuelas desconocen el trabajo del pregrado, cuánto más la sociedad venezolana. Se ignora que nuestros alumnos de la Especialización en Psicología Clínica están preparados para prestar ayuda psicológica a la comunidad en situaciones de desastre como la tragedia de Vargas o las vaguadas de los últimos años. Se desconocen los trabajos de construcción de ciudadanía y de educación para la tolerancia de la Maestría en Psicología Social; se ignora el rescate de las partituras venezolanas y latinoamericanas perdidas e inéditas de la Maestría en Musicología Latinoamericana, o el rastreo historiográfico de nuestra literatura hecho por los postgrados del Área de Letras, o el proyecto de Filosofía para niños, con formación de valores, del Área de Filosofía. Otras universidades saben difundir sus aportes; la nuestra tiende al trabajo callado y sólo se hace noticia cuando la violencia política o la del hampa la lleva a las páginas rojas de los periódicos. Urge entonces hacerle saber tanto a la comunidad universitaria como a la sociedad venezolana qué hacen los postgrados por ellas.

En síntesis, el Postgrado de la Facultad de Humanidades se ha propuesto, en una línea de continuidad con anteriores gestiones, las siguientes políticas:

  • Promover la acreditación de todos los postgrados a partir de la autoevaluación general.
  • Impulsar la creación de nuevos programas transdisciplinarios (próximo proyecto: Maestría en Gestión Cultural).
  • Incentivar programas de integración: convenios de postgrados integrados, PCI, Red de Macrouniversidades Latinoamericanas.
  • Incentivar el diseño de cursos de educación a distancia.
  • Crear infraestructuras de apoyo a los estudiantes extranjeros.
  • Propiciar la reflexión sobre la integración pregrado-postgrado en la Facultad.
  • Diseñar una política de divulgación de la investigación de postgrado que, además de las publicaciones y revistas, haga llegar los aportes al conocimiento de nuestros profesores y tesistas tanto al pregrado como al país.

Teniendo estos nortes será posible comenzar a visualizar en un futuro a más largo plazo programas de postgrado flexibles sin dejar de ser rigurosos, líneas de investigación apoyadas por diferentes institutos de investigación, redes interfacultades e interuniversitarias de estudios humanísticos y transdisciplinarios, grupos de investigación consolidados que podrían integrar al pregrado favoreciendo la elaboración de trabajos de grado y trabajos de ascenso; cursos a distancia que llevaran nuestros cursos al interior del país y también al exterior, publicaciones de calidad distribuidas en los diferentes centros de educación superior y de investigación del país.

Todo ello significaría un mejor aprovechamiento de los recursos de la Universidad. Ahora bien, para que sea posible, es necesario un mayor apoyo del Estado, una mayor inclusión de las Ciencias Sociales y las Humanidades en las áreas prioritarias del país. No es justo que sólo el Área de Educación esté en la Misión Ciencia, menos aún cuando el Fonacit reconoce a los investigadores humanísticos. Nosotros hacemos grandes esfuerzos por mantener la calidad de la Universidad. Requerimos que el Estado también los haga. Necesitamos, entonces, como nos los pide Pierre Bordieu saber comunicar lo que hacemos para exigir lo que necesitamos para hacer nuestro trabajo.